“Una chica de asfalto” de Carla Crespo
Claudia es una urbanita de libro, incapaz de vivir en un lugar sin tiendas, restaurantes y salones de peluquería y manicura, jamás sale de casa sin maquillar y en su armario no abundan los atuendos sencillos. Su trabajo como subdirectora de una sucursal bancaria le permite llevar esa vida hasta que la trasladan a una aldea perdida en los bosques de Navarra.
Arturo tiene un duro trabajo por delante en su esfuerzo por sanear las cuentas de la granja heredada de sus padres. Su caserío es grande y está acondicionado en dos viviendas individuales, por lo que decide alquilar una a la nueva empleada del banco sin saber la que se le viene encima. Claudia es demasiado parecida a otra mujer de asfalto que le rompió el corazón dos años atrás.
¿Serán capaces de no dejarse llevar por los prejuicios? ¿Querrá Claudia cambiar toda su vida por amor? ¿Sabrá Arturo escuchar a su corazón? Su felicidad dependerá de ellos, porque puede dártela quien menos te lo esperas.
Llevaba ya tiempo queriendo leer algo de esta escritora y tras llamarme mucho la atención esta sinopsis, se ha convertido la primera novela que leo de ella, siendo una grata sorpresa para mí, y por el resultado, seguro que no será la última. Una encantadora lectura con la que no he parado de sonreír mientras la leía, pues es muy divertida, romántica, tierna, fresca y me ha hecho beber sus páginas desde el principio con esta preciosa y ocurrente historia actual.
“Una chica de asfalto” es una novela narrada en primera persona pero cuya perspectiva se va alternando entre los protagonistas constantemente de una forma muy bien trazada, y no sientes para nada que se te escape algo. Me ha gustado mucho la habilidad de esta autora para narrar de una forma ágil, cercana y divertida con un lenguaje bastante chispeante.
La historia de esta pareja es la de una valenciana que es toda una muchacha de ciudad, acostumbrada a vestir bien, arreglarse, sus tacones y que cuando sale de compras o a cualquier parte lo tiene todo a su alcance. En definitiva, Claudia, como se llama la protagonista, es una buena amante de la ciudad y del buen clima. Pero todo se le desmorona a su alrededor cuando es trasladada a una oficina perdida en un frío pueblecito rural de Navarra en el que hay más días de lluvia que de sol, cosa totalmente opuesta a todo lo que en la vida a ella le gusta, pero es que ya se sabe que en los tiempos que corren es mejor tener un trabajo aunque no te entusiasme a quedarte sin nada. Allí conocerá a su tozudo casero, un ganadero muy guapo pero con grandes perjuicios sobre las mujeres de ciudad, el cual ya una vez se confió con una mujer de estas y salió muy mal parado, pero que aun así y a pesar de todo, su preciosa inquilina lo llevará de cabeza en todo momento.
Ambos tendrán que aprender que las apariencias engañan y que por amor uno puede cambiar y todo se puede.
Bajo semejante argumento y no siendo una novela muy extensa, tenemos ya de por sí una lectura sencilla y fresca, la cual nos envuelve con sus situaciones, en las que los celos y las dudas también estarán presentes, y con unos personajes entrañables y reales que te enamoran, que te hacen sonreír con unos diálogos muy buenos, consiguiendo que pases un buen rato con su lectura. Así que si esto es lo que queréis, os animo a no dejar pasar de leer esta novela.
Y es que los perjuicios y las ideas preconcebidas hay que dejárselos a un lado, porque nunca sabes lo que hay detrás. 🙂
Editorial: Harlequin Ibérica (HQÑ)
Edición: Formato digital
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