Abby siempre ha vivido con su madre, viajando de una ciudad a otra; nunca han permanecido más de cuatro meses en un mismo lugar; jamás ha tenido amigos cercanos, ni ha asistido a un baile de graduación, ni ha tenido un sitio al que llamar hogar.

Pero cuando su madre muere repentinamente en un terrible accidente, la vida de Abby cambia por completo. Acogida por un hombre extraño que dice ser su padre, Abby se instala en el pueblo de Lostwick, en el sur de Maine. En apariencia es una existencia ideal, con amigos y familia y un lugar al cual pertenecer.

Pero hay algo en quienes la rodean, en especial en el guapo e irritante Nathan, que le produce una cierta desconfianza. Y lo peor, las pesadillas que atormentan a Abby constantemente no solo no cesan, sino que se intensifican. En medio de esta nueva realidad, Abby tendrá que descubrir la verdad de lo que sucede, confrontar el pasado y enfrentarse con un destino implacable que viene a cobrarse promesas hechas siglos atrás y que reclama su sangre.

Esta es una novela juvenil actual y paranormal, con la que he disfrutado muchísimo y que me ha tenido pegada a sus páginas de principio a fin con el alma en vilo, con una historia muy bien desarrollada dando giros inesperados y con un precioso romance de por medio.

Abby, una chica de diecisiete años ha pasado toda su vida viajando con su madre de un lado a otro del país, quedándose muy poco tiempo en cada uno de los lugares. No conoce a su padre que las abandonó cuando ella aún no había ni nacido, y solo se tienen la una a la otra.

Tras un accidente en el que su madre parece huir de un hombre que la conoce, Abby la pierde quedándose sola, o al menos en un principio, porque su padre aparece en su vida y se la lleva a vivir con él a un pueblo llamado Lostwick. Al principio esta nueva situación resulta bastante incómoda, sobre todo con su padre. Pero pronto vamos conociendo que no todo lo que su madre le contó fue cierto y esto va acercándole a él. En su nueva vida empieza a relacionarse con gente, con amigos hijos de las amistades de su padre, ya que mantienen una comunidad de familias fundadoras y con el chico que su padre ha criado como suyo, viviendo con ellos. Pero hay alguien más que llama totalmente su atención de una forma irracional: Nathan, el chico que la trata con desdén y la mira como con odio. Pero… ¿por qué? Ella no consigue entenderlo. En su ambiente comienza a darse cuenta que ocurre algo extraño, frases que no entiende, silencios y miradas extrañas que obviamente ocultan algo, y a esto se le suman pesadillas que cada vez son más reales, ¿pero son realmente pesadillas?

“El canto del cuervo” es una apasionante historia de magia, brujería, un amor perdido en el pasado, enemigos al acecho, venganzas, rivalidades familiares con una trama muy intensa por el que nuestros protagonistas van a tener que luchar con uñas y dientes por su amor.

María Martínez ha elaborado una novela que me ha cautivado de principio a fin, sorprendiéndome con sus giros, con una narración muy, pero que muy buena. Con un estilo fluido y muy bien cuidado, con unos diálogos muy buenos, atrapándote en esta historia haciéndote disfrutar de ella. Y otra cosa que me ha encantado y que ya mencioné en el anterior post que realicé de ella con su novela “Cruzando los límites“, es que hoy en día, disfrutar de una historia juvenil que no esté escrita en primera persona, empieza a ser inusual, así que un punto más a su favor por ello. Lo único que siento de esta novela es no haber podido saber más de ellos en el final, me hubiera gustado un poquito más de esta pareja.

Desde luego si os gusta el género juvenil romántico-paranormal, hechizos y magia, el chico malo y todo este tipo de cosas con una buena trama, os la recomiendo.

Editorial: Ediciones B (B de Blok)

Edición: Papel y digital

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