“Bajo el sol de medianoche” de Marisa Grey
En 1898 la ciudad de Dawson, en el remoto territorio del Yukón en Canadá, se ha convertido en el destino de miles de hombres y mujeres en busca del oro del río Klondike. Mientras todos sueñan con la nueva Fiebre del Oro, Cooper Mackenna se conforma con sobrevivir en su cabaña junto a sus perros, más deseoso de olvidarse de la mujer que le traicionó en el pasado que de hacerse rico. Por fin ha encontrado un lugar donde vivir sin rendir cuenta a nadie, pero su calma se ve alterada por dos mujeres, Lashka, hija del jefe Klokutz del pueblo tlingit, y Cora March, la guapa y peligrosa propietaria del hotel más lujoso de la insólita ciudad de Dawson. Lo que ignora Mackenna es que su pasado está a punto de reaparecer. Lilianne Parker, una mujer despechada, cansada de ser ignorada por su familia y juzgada por el resto de la buena sociedad de San Francisco, espera dar un cambio a su vida cuando se case con el honorable Aidan Farlan, un buen hombre que la ayudó a superar la soledad que ella misma se había impuesto. Sin embargo, la fotografía procedente del Yukón de un hombre con quien se fugó nueve años atrás —y que creía muerto—, pone en peligro su futuro enlace. Decide viajar hasta el Yukón en busca de Cooper Mackenna, para poner fin al último vínculo que la ata a un pasado doloroso. Su intención es conseguir una confesión de abandono que le permita solicitar el divorcio. Entre las bulliciosas calles de Dawson, la rudeza de los campamentos a orillas del río Klondike y la mundana ciudad de San Francisco, Cooper y Lilianne deberán decidir en quién confiar y si están dispuestos a averiguar qué sucedió en el pasado. En el sinuoso camino hacia la verdad ambos se han granjeado poderosos y temibles enemigos. No son pocos los que anhelan el oro de Mackenna Creek o que el matrimonio de Cooper y Lilianne sea anulado cuanto antes. Pero, por encima de todo, tendrán que averiguar si están dispuestos a darse una segunda oportunidad.
Esta novela fue la anterior elegida en el club “De viaje literario” con la que, junto a mis compañeras de lectura que se apuntaron, nos hemos embarcado en un viaje hacia finales del siglo XIX, desde San Francisco hasta el lejano territorio del Yukón en Canadá.
Como hace poco publiqué y escribí, a Marisa Grey la conocí por su novela Cadena de favores y ya con ella me conquistó. Y tras leer su otra novela, Me llaman Alice (muy recomendable), me hizo bastante ilusión que saliera esta elegida.
Su historia, bastante diferente a sus otras dos, la he disfrutado de principio a fin. Aunque también es cierto que ha habido detalles y personajes que me han sobrado, o que para mi gusto se podría haber simplificado. Y un dato, unas notas a pie de página para algunas palabras no hubieran estado mal.
Con una sinopsis tan bien detallada, poco más se puede añadir. La novela que es bastante extensa, se divide en cuatro partes, aunque dos partes para mí son las que marcan realmente la diferencia. Al principio conoceremos a nuestros personajes poco a poco en sus ámbitos, notaremos que algo ocurrió en sus vidas para guiar la conducta actual de ellos y llegar a ser quienes son ahora y la vida que llevan. Cuando comenzamos la segunda parte con la llegada de Lilianne a la ciudad de Dawson para enfrentarse a Cooper, es cuando avanza más la historia, dónde empieza realmente lo interesante y nuestros protagonistas tendrán un choque de voluntades. En la última parte sí que es verdad que, aunque también me ha gustado, ha perdido su punto fuerte la historia entre ellos, dándole más protagonismo a otros temas que, sinceramente, alguna cosa me ha sobrado.
El territorio del Yukón es un lugar inhóspito, duro, en un entorno donde el contraste de miseria y los pocos nuevos ricos que han tenido suerte se entremezclan. Personas que, llenas de sueños e ilusiones con la búsqueda del oro, pueblan ese floreciente y frío lugar en severas condiciones, pero del que la mayoría solo encuentran más pobreza, ilusiones rotas y mucho esfuerzo para poder salir adelante y no morir, como muchos, en el intento. Puedo decir que la autora Marisa Grey ha conseguido un excelente trabajo con esta ambientación tan exquisita y documentada. He sentido esta ciudad; Dawson, sus calles embarradas, rodeada de sus gentes, era como estar paseando por allí viviéndolo y sintiéndolo. La historia está llena de descripciones, pero sin caer en la pesadez, cosa que se agradece, y muy elegantemente cuidada todas sus escenas. Y entre esta historia aparecerán individuos que realmente existieron y pasaron por allí en aquellos años.
Ambos personajes principales me han gustado muchísimo, fuertes y con carácter, no tienen desperdicio ninguno de los dos. Cooper, un hombre enigmático, fuerte, hecho así mismo, da la impresión que solo se preocupa de sus asuntos y sus perros, pero poco a poco vamos descubriendo su verdadero rostro y este personaje en particular me ha enamorado. Lilianne, una mujer fuerte y luchadora, dulce, criada en una familia acomodada pero egoísta y despreciable… ella es una rosa entre espinas.
En los secundarios destacaría a Paddy, ese compañero de Cooper que me ha sacado más de una sonrisa. Y en esta historia, como no, también tendremos esos personajes a los que una aborrece.
Una bonita novela, excelentemente narrada con unos diálogos muy buenos, que desde las primeras páginas me ha mantenido enganchada, partes en las que ha sido un no parar, y que he podido disfrutar con tiempo de ella. Porque pienso que, para disfrutarla, es mejor tomarse sus horas y vivir esta historia.
Si pincháis en la imagen de abajo os llevará a los enlaces de mis compañeras del club De viaje literario, con las que tan bien lo he pasado, y que conforme vayan publicando sus reseñas añadiré sus enlaces. Un placer chicas a ver disfrutado esta historia junto a vosotras, y gracias, Lidia, del blog “Cielos de papel” por tus aportes.
Editorial: Ediciones B
Edición: Papel y digital
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Otras reseñas de sus libros en el blog: Me llaman Alice