“Tiempo de arándanos” de Mary Simses
Ellen Branford siente que está en la cima del mundo. Tiene una exitosa carrera como abogada, vive en Manhattan sin escatimar en lujos y está prometida con Hayden Croft, un hombre con un estilo y una elegancia propios de un Kennedy. Su vida sería perfecta si su adorada abuela no acabara de fallecer. La última voluntad de la anciana es que vaya a Beacon, su pueblo natal en Maine, para entregar una carta a su primer gran amor, un hombre llamado Chet Cummings. Ellen, dispuesta a concederle este deseo, coge las llaves de su Mercedes e inicia un largo camino a uno de los estados más vírgenes y aburridos del país. Con suerte, piensa, pronto estará de vuelta. Pero todo se complica cuando, al llegar, cae al mar mientras está sacando fotos del espectacular paisaje marítimo desde el muelle. Afortunadamente para Ellen, un hombre ve el accidente y se lanza al rescate. Se trata ni más ni menos que de Roy Cummings, el sobrino de Chet.
Juntos averiguarán la verdad sobre su pasado familiar al mismo tiempo que Ellen descubrirá un nuevo mundo en Beacon. Al principio es una sensación extraña e inquietante, pero poco a poco se dará cuenta de que es un lugar maravilloso y auténtico; un lugar con sabor a arándanos.
Nominada a mejor novela sentimental de 2014 por “El rincón de la novela romántica” Mary Simses nos envuelve en una maravillosa historia, sencilla pero muy dulce y tierna, de esas que cuando terminas de leerla suspiras y te deja una buena sonrisa en la boca. Tiene diálogos muy buenos en los que sueltas alguna carcajada y no puedes evitar enamorarte de sus personajes.
La protagonista es una buena mujer, aunque muy testaruda que llega al pueblo con unas ideas en mente de las que pronto cambiara de opinión. Poco a poco va cambiando y viendo las cosas de otra forma y entre ellas sus sentimientos, entre el hombre con el que se casará en unos meses y el hombre que la a salvado de ahogarse (aunque no quiere reconocerlo). Va descubriendo cosas de su querida abuela que desconocía y que la emocionan, pero no solo a ella, al lector también.
Roy es un hombre muy seguro de sí mismo y tierno, aunque cuando conoce a nuestra protagonista toma conclusiones precipitadamente y tienen sus discusiones, sus tira y afloja, en las que algunas escenas son bastantes graciosas.
Una novela que recomiendo pero después de tener el estómago lleno, pués hablan mucho sobre comida y pasteles y como que a una le entra hambre. 😉
Una novela que reconozco que la elegí por elegir y que me sorprendió muy gratamente, cautivandome con su lectura.