Una preciosa historia de amor entre Nueva York e Irlanda a principios del siglo XX. En la dura y febril Nueva York de principios del siglo XX, Bradshaw Verlen ha logrado convertirse en un importante ingeniero e inversor. Los que le han visto crecer en el barrio pobre del que proviene lo temen y envidian, y la clase social en la que ha irrumpido reniega de él. Pero a Bradshaw todo eso lo tiene sin cuidado, porque sus inventos para mejorar la productividad y seguridad de las fábricas lo están haciendo rico. Le basta con eso… hasta que un día tropieza con una joven irlandesa por la calle y empieza a desear algo más. Sin embargo, la vida de Kate, al igual que los planos de Bradshaw, tiene líneas y trazos enrevesados, y ella sencillamente no puede enamorarse de un desconocido.

Como bien dice la sinopsis, sin duda alguna es una preciosa historia de amor en una época en la que el dinero y la clase social era muy importante, aunque no diera la felicidad.
Kate es una irlandesa dulce y tierna, con título nobiliario, pero arruinada. Ha llegado a Nueva York para encontrar un marido, pues necesita casarse por dinero desesperadamente para salvar su legado y a la gente que depende de ello. Ella sueña con una vida tranquila junto a su abuelo en Irlanda y encontrar la forma de no tener que llegar a casarse por dinero.
Bradshaw Verlen es un hombre hecho a sí mismo. Es ingeniero y muy, pero que muy rico. Pero no siempre fue así y el dinero no le ha dado la felicidad. De hecho esta cansado de que la gente solo lo vea por el dinero. Desea que lo vean a él, pero ya ha visto lo que la gente quiere y esta asqueado.
Reconozco que el principio no me terminó de convencer, por el tema de la rapidez con la que se enamoran. Pero… ¡Guau!, después compensa con creces.
Cuando se encuentran les da el flechazo inmediatamente, pero es que ambos cuando se ven tienen el presentimiento de que esa persona va a ser ese alguien importante en su vida. Ambos desconocen la identidad de cada uno, y es como empieza una bella, emotiva y desgarradora historia de amor.
La historia está contada en tercera persona, pero hay partes en primera persona de nuestros protagonistas. Como siempre Anna sabe con su escritura como enamorarnos de nuestros protagonistas, vivirla y sufrir con ellos.